viernes, mayo 02, 2008

Entrevistas (Desenlace)

Habíamos quedado a la salida de mi trabajo. Algo informal me habían dicho por teléfono, "vivo cerca de donde trabajas, así que si te parece bien podemos ir a tomar una caña en un bar de la zona y ahí hacemos la primera entrevista".

Si no fuera porqué Shh me contó que con él había sido igual no habría aceptado (la imaginación se me desboca)..., pero sabiéndolo, me pareció una forma mucho más distendida de hacer una entrevista de trabajo (sobre todo vistas mis anteriores experiencias).

Quedamos a las 7 y lo único que sabía de la persona de contacto es que tenía una voz muy agradable y que a la entrevista de Shh fue con traje y chaqueta...(porqué este curro es de ir arreglados).
Como yo salía del trabajo a las 6.30, me senté a esperar en una mesa del local aunque habíamos quedado en la puerta.

Es increíble la cantidad de gente que pasa por delante de un café buscando a otra persona. Gente joven, gente vieja, medias naranjas buscando a su otra mitad...; Me dediqué a tratar de adivinar quien sería mi "cita". Y según se fue acercando la hora acordada me fui poniendo cada vez más nerviosa.
Con cada posible candidato me encontraba deseando haberle descrito a la voz agradable mi falda negra, camiseta roja y mi libro, y me daba de cabezazos por no haberle pedido a él que trajese una rosa (lo se, vulgar pero efectivo) o cualquier otra planta para que pudiese proceder a su identificación.
Y es que, con tanta gente entrando y saliendo ¿¿como diablos íbamos a reconocernos???.

La ansiedad pudo conmigo (una vez más) y le llamé al móvil para decirle que yo ya estaba aquí..., bueno allí..., o como sea, sentada, con mi falda negra, camiseta roja y mi libro. Pero la voz agradable estaba fuera de cobertura (sin duda alguien ahí arriba vela por mi en mis momentos de impaciencia), fastidiada, volví a mis elucubraciones.

Puede que me horrorizase unas diez veces ante la idea de tener esa entrevista con diez de los posibles candidatos que se pararon en la puerta del bar. Señores mayores, con cara de acelga. Señores con corbata y expresión sádica. Señores de ojos y mirada huidiza. Gente, en definitiva con la que no me apetecía nada tener que hablar.
Puede que los nervios me hiciesen mirar a la gente con ojos torcidos.

Y en ese momento pasaron dos chicos bastante jóvenes..., de unos treinta y poco. Se quedaron en la puerta y echaron un vistazo al interior del café. Siguieron andando y salieron de mi campo visual, para volver en seguida y esta vez entrar en el local.

Les miré fijamente, de manera interrogativa. Y ellos a mi igual.
- ¿Lilith Mccorner?.
Suspiro de alivio. La voz agradable. Sonrisa.
- Si soy yo, hola ¿que tal?.
- ¿Llevas mucho esperando?. Soy la voz agradable y este es mi compañero....

Creo que estuvimos hablando más de una hora larga. Me gustó lo que me contaron porqué los dos desprendían entusiasmo cuando hablaban de su trabajo. Me gustó lo que me contaron porqué me sentí increíblemente cómoda allí sentada con ellos. Me gustaron los dos porqué, aunque venían con traje y corbata, terminamos hablando de sus hobbies y gustos musicales.

Parece que también les gusté a ellos, porqué decidieron arriesgarse con mi inexperiencia, y al día siguiente me llamaron..., y ahora estoy muy ilusionada con mi nuevo trabajo. ^_^


...toquemos madera...

4 comentarios:

Mairi dijo...

Se llevan una joyita :D!!!

Espiguita dijo...

Ya habéis vuelto!!! Jop, menos mal :P

Anónimo dijo...

Enhorabuena!!!!

Albertz

Espiguita dijo...

Asias! :)