Condena(da)

Hoy me siento..., solo me siento. Me siento frágil y me siento poderosa. Me siento íntima. Me siento con ganas de recordar y de soñar, o de arrebujarme bajo el edredón de mi cama, café y libro en mano para no pensar en lo que podría haber sido...; Creo que escuchar El Bicho, a veces rayante a veces...no se, a veces para mi tan intenso..., provoca esa sensación.(...aunque también puede ser hormonal. ¿Quien sabe?.)

Hay veces que vienen imágenes a mi cabeza y casi me controlan. Me veo a mi misma, riendo, burbujeante..., es como verme en una realidad alternativa, mucho más brillante.
Como podría haber sido.

Es terrible. Muy triste. Casi dan ganas de llorar. Es grotesco, sentir esas punzadas de dolor y tristeza, tan intensas..., con lo genial que es todo ahora mismo.

Puede que sea por la primavera. Dicen que es la peor época del año, la época con más ingresos por depresiones en el hospital. Es irónico, ¿o no?. El momento en el que toda la naturaleza, se renueva, se despierta...revive, es cuando los humanos nos ponemos más tontos.

La primavera, dicen, que la sangre altera. Hubo una época, justo por julio del año pasado en la que necesitaba ver que de verdad podía salir bien.
El amor claro.
Necesitaba ver que había alguien que no se rendía. Que no todos eran cobardes. Que triunfaba (es cursi pero no encuentro otra palabra mejor). Que Sabina, se equivocaba (aunque es listo Sabina, desanima con su poesía cínica y depresiva, pero con casi 60 años él no ha dejado de arriesgarse..., es de Jaen, Nu..Mairi...jop, yo pensaba que era madrileño de pura cepa y que va...sigo sin soportarle, me enferma casi). Y entonces como en una broma, fueron llegando las rupturas...;

Supongo que fue una fase. Como la de después. Cuando no soportaba ver a las parejitas felices de enamorados, absortas en ellas mismas por las calle. Me enfadaba. Dolor y furia. Todavía me fastidia verles, aunque ahora me fascinan en la misma medida que me cabrean...

Me gusta la primavera...no tanto como el verano o el otoño (uno cálido y calmado, repleto de luz, y el otro como una foto en sepia del siglo pasado, perfecto para pasear), pero si no fuera por las alergias, la primavera sería una de mis estaciones favoritas.

Para renacer.

Jiji, y ya dejo por hoy la chapa que Wulff me llama, y con esta entrada he pasado yo sola del yin al yang. Lo que debería ser más que suficiente.