Oscar

Mis experiencias en la peluquería siempre han sido de este tipo:




(Yo): Hola, buenos días. Querría que me hicieses este corte de pelo (foto de la izquierda)..., si es posible.

(Peluquero anónimocualquiera): Aja. No hay problema.




Y así es como llegaba a casa:


Después de tantos años llevando la misma foto a diferentes peluquerías, una pensaría que ya no podrían quedar muchos más peinados completamente distintos al que les pedía, por hacerme.
Una podría pensarlo sip.
Y fallaría de pleno, porqué lo cierto es que la creatividad humana es ilimitada.

Pero, ¡por fin! (desde el sábado) ese periodo de incertidumbre se ha terminado para mi.
Y es que el sábado le conocí a él.
Se llama Oscar. (Aaaains)
Y no solo te hace el corte de pelo que le pides (exactamente lo que le pides, sin sorprenderse por raro y/o atípico que sea lo que quieres).

Es que además te da unos masajes mientras te lava la cabeza y te acondiciona el pelo, que podrías morirte de gusto. (Aaaaaaaaaaaaiiiiinnnnnnns)

¡¡Que manos, por dios!!!. ¡¡Que manos!!!.

Creo que he encontrado a mi media naranja (peluquerialmente hablando se entiende).
Ha sido un flechazo.
Según le he visto acercarse a mi con las tijeras en las manos he sabido que iba a ser el comienzo de una bonita relación.

...y además toy monísima!!!! ^_^