Martes Horribilis (II)

(continuacion)
...me bajo del metro (recordemos el plano que llevaba impreso)... ¡¡¡y mierda!! no hay ninguna salida a la Calle de Bolivia, ni a la Calle Alberto Alcocer, ni a ninguna de las que aparecen impresas en mi plano!!!!! (crisis) Solo una salida a la calle de Chile y otra a la calle Principe de Vergara. ¿Y ahora que??

Decidida a encontrar las calles que aparecen en el plano por mi misma, me agarro a la lógica de Aristóteles y razono:

Si la calle de Chile está en dirección contraria (en el plano) del sitio al que quiero ir, y la salida del metro está en dirección opuesta a la calle Principe de Vergara, lógicamente debo coger la salida de Principe de Vergara (no me seáis aguafiestas en ese momento pensé que en realidad no pasaba nada porque esa calle no apareciese en el plano. -_-)

Salgo a Principe de Vergara, y miro mi mapa.
Miro la calle.
Miro mi mapa.
Miro la calle.

....bah, mejor ignoro el mapa (momentáneamente). Doy unos vacilantes pasos en una dirección al azar. Levanto la vista esperanzada hacia un posible cartel (con flecha incluida, que en letras luminosas diga: DEBES IR POR AQUÍ!!!!), y al no encontrarlo...cambio de idea y dirección.

Lamentablemente en ese sentido tampoco apareció ningún cartel, aunque una voz interior me decía que esa vez iba por el buen camino...total, que me dirijo alegre y presurosa hacia el primer cruce de calles para ver si alguna sale en mi mapa (googleMap está sobreestimado), y unos cuantos metros después (y un cartel de Calle de Chile por medio), decido que quizás hay que volver a enderezar el rumbo por lo que camino hasta encontrarme la Avda de Alfonso XII.

Perpleja vuelvo a mirar el mapa.
Miro la calle.
Miro el mapa.
Recoloco el mapa.
Miro la calle.
Miro el mapa recolocado.
Gruño. Arrugo el mapa y vuelvo a cambiar el rumbo.

Y es justo en ese momento cuando las ideas se me aclaran!!!, jeje, me paro, y me doy cuenta ¡¡¡que estoy actuando como un tío!!!..., pero ¿cuando he necesitado yo un mapa???. Esbozo una sonrisa encantadora, y le pregunto a un amable señor que pasaba a mi lado. Mucho más tranquila (por fin se que voy por el buen camino, y las voces interiores están sobrevaloradas), unos cuantos metros más: la calle Costa Rica.

Lograda tamaña proeza, seguí caminando mientras miraba el mapa (ahora solo para regocijarme con mi recién descubierto sentido de la orientación) e iba celebrando las calles que aparecían a mi paso:
C/Aberto Alcocer
C/ de Bolivia...

Me sentía poderosa, tanto que decidí acortar un trecho, seguro que si cojo la calle de Bolivia soy capaz de encontrar la C/ Potosí y luego la C/ Victor Andres Bealunde, ¿que no??...inspirada, me decidí a arriesgarme, es decir, que tiré por Bolivia.

A todo esto, mientras pensaba que que nombre más bonito para una calle (a pesar de ser martes todo parecía menos horrible durante ese breve momento en que supe donde estaba), y los pájaros cantaban, aunque empezaba a hacerse de noche... y yo seguía andando..., y andando..y, ¡mierda! ¿donde está la C/Potosí de los cojones????. Me cagüen%$·%·$%·$%&%&%.

(Suspiro)
Nota mental: ¿Igual es mejor seguir por Alberto Alcocer hasta encontrar Andres Bealunde y dejarme de Potosis y chorradas, no??.

Total, que deshice (una vez más) el camino pero no sin antes preguntar a otro amable señor (el dueño de una tienda de la C/ Bolivia) si sabía donde quedaba Andres Bealunde:

(Yo) Perdone, la calle Andres Bealunde, ¿sabe donde está?.
(Tendero, mirada de arriba abajo): Pues si, claro..es esta.
(Yo, cerrándome más el abrigo, y con expresión de perplejidad): ¿Esta?
(Tendero, nueva mirada de arriba a abajo): Uys, que tonto, jeje. He visto una chica tan guapa y me he despistado...
(Yo, retrocediendo sutilmente): Aja.
(Tendero, hablando muy rápido pero sin mirarme a los ojos): ...jeje, si esta es Bolivia. Andres Bealunde es subiendo por allí (señala con el brazo) la primera que cruza.
(Yo, medio corriendo): Ah, gracias....

(Dios bendito como está la peña, Nota Mental: ¿Así que es por esto por lo que no preguntan los tíos???...olvidadlo, no puede ser.). Medio asustada (y mirando perpleja mis pantalones vaqueros raídos, y mi abrigo cerrado hasta el cuello) continuo mi periplo en busca del Paseo de la Habana.

¡¡Por fin!!! (Joer...que dificil)
El Paseo de la Habana

¡¡Ains!! cabecita, mujer de poca fé...si sabía yo que podías encontrarla por ti misma.

Elijo un sentido de la calle al azar (lo se, estaba desatada), y a los pocos metros veo la clínica (un poco oscura eso si), con la verja cerrada y con un par de obreros andando por allí. Confusa me detengo, pero entonces en la puerta de entrada veo a una enfermera y recupero mi sonrisa mientras me dirijo presurosa a la entrada...mami allá voy!

(Los obreros señalando al suelo recien asfaltado de la entrada): ¡Cuidao! ¡Cuidao!¡Cuidao!
(Yo, de sobrada): Yayayayaya

Me subo por la pasarela de metal que habían puesto para no pisar el asfalto, y esbozo mi sonrisa de: quenosoytantorpeleches!!, ya veo la pasarela.

(Los obreros que siguen señalando el suelo más adelante): ¡Cuidao! ¡Cuidao!¡Cuidao!
(Yo, ya pelín mosqueda por si se piensan que soy idiota, o torpe o ¿qué?...): Yayayayaya

Prosigo mi camino. Y ya yegando a la puerta en la que estaba la enfermera como vigilando para que no pasara nadie (eso me pareció raro, lo reconozco).
(Los obreros, señalando el suelo):¡Cuidao! ¡Cuidao!¡Cuidao!
(La enfermera que se une a los coros): ¡Cuidao! ¡Cuidao!¡Cuidao!
(Yo, quemadísima): Yaya...(plof)...Uys.

(Yo, cara avergonzada y con el pie dentro del asfalto, hasta el fondo, en el único hueco entre la puerta y la pasarela que había): Lo sientooooo.
(Los obreros, con resignación): Nada, nada...no pasa nada.
(Yo, increiblemente avergonzada): De verdad que lo siento...
(La enfermera): ¿No vendrás a ver a algún enfermo verdad?
(Yo, siguiendo con las disculpas): Pueeesss...si..a mi madre.
(La enfermera): Es en el otro lado de la calle. El edificio de enfrente.
(Yo, cara desencajada)

¿Pero porque me pasan estas cosas siempre a mi????????

En fin, solo puedo decir que gracias a dios que solo hay un martes a la semana...