La mujer de negro

El sábado tuve la oportunidad de asistir a la representación de esta obra de teatro...y me encantó. Desgraciadamente para todos aquellos que no la habéis visto apenas si os queda tiempo, porque después de muchas prórrogas el día 6 de Enero bajará el telón en Madrid, esperemos que no por última vez aunque parece que sí por una buena temporada.
Se trata de una obra de teatro muy original en cuanto a temática (es de miedo), y es que conseguir despertar el pánico en el espectador parece, a priori, más complicado en directo y a tiempo real, que a través de una película en el cine de turno, en la que siempre va a ser más fácil controlar el resultado antes de exponerlo a la crítica del público...¿o no?.

Arthur Kipps (Emilio Gutiérrez Caba) es un hombre atormentado, un abogado que ha vivido en carne propia una historia de fantasmas y que después de mucho tiempo de llevar solo esa terrible carga, se decide a compartirla con sus familiares y amigos. Para ello, para hacerlo bien, para contar correctamente su historia, pide ayuda a un actor (Jorge de Juan), y juntos se embarcan en el proyecto de revivir, minuto a minuto, los terribles hechos acaecidos tiempo atrás.

Ni loca os destrozaría algo sobre el argumento, ni sobre los efectos especiales (y sorpresas, sobre todo sorpresas...o sustos ¿verdad Vivi?? ^_^) que utiliza el director de la obra para crear el ambiente de tensión y suspense necesarios para provocar el miedo del espectador, pero no puedo menos que recomendaros que aprovechéis las dos semanas que quedan de representación para asistir y disfrutarlo vosotros mismos...porque se pasa miedo, pero sobre todo se disfruta.

La mujer de negro está basada en la novela homónima de Susan Hill, y en esta versión adaptada para el teatro por Stephen Mallatratt los actores Emilio Gutierrez Caba y Jorge de Juan están inmensos. Sobre el escenario, interpretan multitud de personajes (recordemos que reviven la escalofriante historia del Señor Kipps paso a paso para deleite del publico) cambiando de registro con una facilidad asombrosa, creando tensión pero provocando también risa (ya sabéis esa típica risita floja que va inherente al miedo en el ser humano), en definitiva enamorando al espectador.

En resumen una obra estupenda para ir al teatro (tanto si eres un amante fiel a este género o tan solo un visitante esporádico), y pasar una tarde-noche de lujo.