lunes, julio 28, 2008

Un músico en Nablus

No es lo mismo ser músico en Nablus que serlo en cualquier otra parte del mundo.
Aunque los músicos de todas partes tengan el mismo deseo siempre. Vivir música.
Aunque los músicos de todas partes lleven una doble vida: una ocupación para comer, y una pasión con la que vivir.

Me imagino a Apolo en Nablus, fingiendo que es un conductor de ambulancia.
Fingiendo que se juega la vida cada noche (porqué salir por la noche en Nablus está prohibido incluso para fingir que se es un conductor de ambulancia).

Me lo imagino escuchando música aunque lo que suenen sean disparos.

Ser músico y conductor de una ambulancia en Nablus es peligroso siempre, pero casi fue mortal durante la segunda intifada cuando importaba tanto lo que se era como lo que se fingia ser.
Es decir: nada.

Apolo es un nombre de dios, pero mi músico de Nablus solo es un humano.
Si hubiese sido un dios habría podido convertir en violines las armas de los soldados israelitas que le detuvieron, a él y a sus cuatro compañeros. Habría podido convertir en acordeones las esposas con las que los soldados les ataron las manos. Incluso en el peor de los casos, habría podido convertir en alas las vendas que les pusieron en los ojos..., y así volar, huir, escapar de la sala a la que les llevaron.
Si hubiese sido un dios no le habrían disparado en una mano, porqué ¿quien se atreve a disparar a un dios?.

...si hubiese sido un dios, esa noche, habría escuchado una estrambótica música (mezcla de acordeones con violines) en lugar de escuchar el horror de las balas que mataron a sus amigos.

Pero cada uno es lo que puede y Apolo es un músico en Nablus.
No es un dios de la mitológia griega.
No es un músico en Madrid.
No es un conductor de ambulancia en Paris.

Apolo perdió a sus amigos en una noche caótica y sin sentido, aunque él pudo despertar en una mezquita.
Y puede (debe) dar gracias porqué despertó.

Hoy sigue fingiendo que conduce una ambulancia en Nablus...,
...aunque la realidad es otra, lo cierto es que solo es un músico en Nablus.

3 comentarios:

Mairi dijo...

Siempre me he preguntado cómo se puede vivir en el contexto de la guerra. El hecho de que la historia sea de un músico lo hace mucho más paradójico...

Aunque la historia es dura y descorazonadora la forma en la que lo has escrito me parece bella...más paradoja

Anónimo dijo...

Apolo (su verdadero nombre seguirá en el anonimato) tiene una beca de 3 años en la Universidad Complutense de Madrid para hacer un doctorado en Musicología. De momento lo tiene muy difícil para venir a estudiar aquí, ya que los malditos judíos (no usaré ninguna palabra malsonante para referirme a ellos) no le dejan moverse de Nablús y menos aún entrar en Jerusalén para completar el papeleo. Es triste intentar ayudarle y encontrarte con un muro tras otro.
Gracias MJ por contar la historia de una manera bella cuando la realidad por desgracia es sobrecogedora

Nualak dijo...

Muy chula la historia, y me ha encantado como la has contado.
Besirtos wpa