Carpe Diem

Es curioso lo de las relaciones con la gente..., cuando estas tan inmerso en una situación hay cosas que no ves..., o que solo ves de una determinada manera, y todo se embarulla, y se embarulla, y la mitad de las veces parece que se actúa más por instinto que razonando lógicamente..., es como si la situación (o los sentimientos) te controlase por completo y necesitases pararte y respirar para volver a ser tu.

Yo necesito pararme a menudo. Tomarme un kit-kat, dejar que las cosas se enfríen para respirar con más fuerza. Luego nunca veo mis actos de la misma manera y aunque no suelo arrepentirme de ellos porqué normalmente trato de ser sincera, (la mayoría de las veces casi hasta el ridículo con la gente que me importa, y así no dar lugar a confusiones), a veces no me reconozco a mi misma (a la mujer racional y sensata que se supone, ejem, que soy) en mi yo del pasado.

Es difícil reconciliarse con uno mismo. Las emociones distorsionan el mundo. Cierto. Distorsionan nuestra visión del mundo. Cierto. Distorsionan nuestros actos incluso a nuestros propios ojos. Cierto. Y si bien, eso no es motivo de justificación (ni de disculpa) para nuestras acciones (sobre todo llevado a casos extremos), si que ayuda a racionalizarlas ante nosotros mismos.

Pero las emociones también hacen interesante la vida..., aunque a veces (de manera puntual) se agradece un descanso para poder dejar de pensar.

...no se...tal vez, como todos los absolutos, estas afirmaciones escritas hoy tan a la ligera mañana no me parezcan igual.