sábado, octubre 11, 2008

Si te contara...

Escuchar a El Cigala es como viajar al pasado, como transportarme a mi infancia, a esas noches de verano casi eternas en el pueblo con mis padres, mis tios y mis primos, sentados todos en las sillas y mesas de colores de la terraza de turno.
Sillas de metal de colores..., ya no hay sillas como esas en las terrazas de los bares.

Escuchar a El Cigala es como volver al Karibia o al Benidorm, los sitios de moda de entonces, con sus pistas de baile de cemento, y con sus luces parpadeantes al ritmo de la música. Con la típica bola de espejos girando en el centro, y dibujando mil formas de colores brillantes en el suelo. Y las parejas bailando merengues y pasodobles, bailando las canciones de Los Brincos, y de Los diablos, y de la Formula V..., y una mirinda de naranja con mucho hielo...;

Cuando en esas noches sonaba la música, que hoy toca El Cigala en el metro, siempre refrescaba, y de repente la pista de baile estaba vacia, y se multiplicaban los señores mayores solitarios, siempre con un vaso de whisky o de ginebra en la mano..., bebidas con mucho hielo..., como mi mirinda de naranja, y entonces, casi siempre, aparecían la meláncolia y el miedo.

No se porqué sentía miedo...

Escuchar esa música, la música que hoy toca El Cigala en el metro, significaba el final de la noche. A veces, muchas veces, tambien era el preludio de un escalofrío, el vello del brazo erizado, y de la aparación de un bostezo. Esa música llamaba al sueño.

Escuchando la música de El Cigala esta noche en el metro, he vuelto a los diez años.
He visto la pista de baile vacía.
He olido, otra vez, el final de una noche de verano.

Y, esta noche, escuchando la música de El Cigala, esbozo una sonrisa tonta para mi misma, porqué he caído en que había algo que también se repetía siempre cuando llegabamos a ese punto de las noches de verano.
Y esbozo una sonrisa tonta para mi misma porqué he sentido, otra vez, la sonrisa complice de mi padre ante mi cansancio infantil por la hora tardía, mi fastidio y mi anhelo por la vuelta a casa.

2 comentarios:

Mairi dijo...

Pero que bello Lilith, me has emocionado
Un besote gordo!

Espiguita dijo...

Pues no te creas tu que terminó de gustarme El cigala..eh?? no se, la música en directo es la leche siempre, y en ese sentido si que me gustó mucho, pero este hombre no toca flamenco flamenco...:S, me gustó más el de Mercé la verdad...