sábado, octubre 18, 2008

Espejo nº1

Sexo. Ella necesitaba un buen polvo o iba explotar por la tensión acumulada. Tres semanas era demasiado tiempo. El onanismo estaba bien, pero carecía de la satisfacción añadida de desear y ser deseado por otra persona , esa excitación que catapultaba el éxtasis del orgasmo a cimas mucho más altas que las de una maratón intensa de sexo en soledad.

Echó un vistazo a la sala abarrotada de la discoteca buscando una probable pareja para copular. Tenía muy claro lo que buscaba: una persona dispuesta a pasar un buen rato…, y nada más.

Al fondo de la sala vio a un posible compañero de cama. Atractivo, delgado, con el pelo corto…, llevaba ese estilo despeinado que se había puesto tan de moda. También vestía de forma desenfadada, vaqueros y una camiseta azul con un naranjito gigante. Encantador. Muy de su gusto. Tenía la mandíbula marcada, y por un instante deseó poder recorrerla con la punta de la lengua, saboreando su textura. Además de encontrarle atractivo físicamente también parecía alguien interesante. Para empezar estaba solo, sentado en una de las pequeñas mesitas que bordeaban la pista de baile. Sostenía un colgante entre las manos y lo miraba con expresión absorta, su cuerpo estaba allí pero su mente, sin duda, estaba en otro lugar. Él era una incógnita y tenía un halo de melancolía a su alrededor. Estaba claro que ese hombre no había venido a la discoteca a divertirse con los amigos, ni a bailar, y desde luego con esa actitud ensimismada en sus propios pensamientos no parecía muy interesado en ligar.


Eso estaba bien, la incertidumbre formaba parte de la diversión de sus escapadas en las noches Carpe Diem, como le gustaba llamarlas. Se acercó a él con decisión pero caminando despacio, disfrutando de la sensación de expectativa. Él no se percató de su interés hasta que no estuvo a su lado y le tocó el hombro para llamar su atención. Se giró con expresión molesta, era evidente que no tenía ganas de sociabilizar con nadie esa noche, pero ella ignoró su mala cara y le habló al oído para contrarrestar el ruido de la discoteca.

- Perdona, ¿te apetece echar un polvo conmigo?.

Casi pudo escuchar los pensamientos de su cerebro, la rápida sucesión de impresiones que pasaron fugazmente por su rostro la divirtieron. Sorpresa, incredulidad, interés…; Finalmente él esbozó una sonrisa burlona, más dirigida hacía si mismo que hacía ella. Tenía una bonita sonrisa.

- ¿Es una broma?.
- No.

Él la miró, sus ojos chispeantes probablemente por lo anómalo de todo el asunto, esperando una explicación. Eso le gustó, sentía la química, o la atracción, o lo que fuese fluir entre ambos. Si él aceptaba estaba segura de que iban a pasarlo muy bien juntos.

- Estaba aquí sentado, lamentándome por mi soledad esta noche, justo esta noche, pero sin ganas de buscar compañía, y entonces apareces tu.

La miró de arriba abajo, deteniéndose primero en sus largas piernas y luego en el pronunciado escote de su vestido hasta llegar a los ojos. El cruce de miradas fue eléctrico. Intenso. A ella le recorrió un escalofrío. Era deseo. Y él la deseaba a ella también, podía intuirlo. Perplejo, él repitió una vez más:

- Tiene que ser una broma…, ¿eres una prostituta? - Soltó aliviado por haber encontrado una explicación coherente a la proposición que le había hecho.

Ella dejó escapar una risa suave, pero solo dijo:

- No. Solo quiero follar contigo. ¿Nos vamos?.
- ¿Así? ¿Sin más?
- Así. Sin más.

Apenas un minuto de indecisión en su mirada. Se guardó el colgante en el bolsillo, y finalmente se levantó para acompañarla a la salida. Estaba claro que no la creía pero por algún motivo había decidido seguirle el juego y probar. ¿Por qué no?

Salieron juntos de la discoteca, sentía la mirada de él clavada en su nuca, pero no se giró hasta que estuvieron en la puerta. Le miró a la boca y se le acercó lentamente.

Él no se movió, esperando, todavía desconfiado.

Ella le acarició suavemente los labios con el dedo, sintiendo como él contenía la respiración pero no dejaba de mirarla a los ojos expectante. Le sonrió de forma maliciosa y se inclinó para mordisquearle el lóbulo de la oreja mientras le rodeaba la cintura con los brazo. Él exhaló el aire retenido de manera brusca, con un deje de alivio.

- Tranquilo – le susurró al oído mientras estrechaba el abrazo – Tranquilo. ¿Me puedes tocar?…tócame.

Él apoyó su frente en la de ella, mientras le cogía un par de mechones de pelo con una mano y le acariciaba suavemente el cuello con la otra.

- Me gusta tu pelo. Me recuerda al…

Ella le cortó poniéndole la mano en la boca pero sin separarse un centímetro de él, y susurró:

- No. Puedes imaginar que soy otra persona si quieres, pero no me des explicaciones. No las quiero.

Besos. De pronto, por fin la estaba besando, arrasando su boca con la lengua, de manera intensa, avariciosa, sin descanso una vez vencida toda timidez e indecisión previa.

El deseo fluía entre ambos libremente. Ella sonrió mentalmente ante lo que estaba por venir. Sería una buena noche. Por la mañana se iría silenciosamente del hotel en el que sin duda acabarían juntos, y él sería solo un recuerdo más. Una dulce incógnita con la que fantasear muchas veces las otras noches, las solitarias, las que no eran Carpe Diem, las de la vida real. Pero esa noche…

Madrid, 18 de Octubre de 2008

5 comentarios:

Nualak dijo...

Jop, se me ocurren varios finales:

1) Él acaba con varias enfermedades venéreas.

2) Ella es una psicópata que le ha elegido como víctima. Él acaba desangrado en el cuarto de baño, y muere mientras oye el goteo de la cisterna (final romántico 1).

3) Gatillazo. La emoción y eso.

4) Noche de sexo estupenda, vuelven a quedar y acaban teniendo una relación; se casan (en el fondo es una chica super tradicional) y se divorcian medio año después, cuando ella descubre que un chico que lleva una camiseta de naranjito padece el síndrome de Peter Pan (final romántico 2).
...
Se me ocurren unos cuantos más jijij, esto es divertido.

Me gusta el relato ... o se te ha olvidado contarme algo!??! :-)

Mairi dijo...

Yo estaba convencida de que ella en realidad era la muerte...pero me ha encantado. Me gusta cuando posteas tus relatos y ejercicios narrativos
Muak

Espiguita dijo...

Jajajajaja...jiji tenía que haberoslo enseñado antes para tomar en cuenta todas esas opciones ^_^
Nu..
1) ¡¡Condones!!!
2) ...interesante..siiii...muy interesante ^_^
3) jajajaja, bueno mujer la noche es larga...no??
4)Aydios, aydios!!!! ¿una chica super tradicional?????

Mairi..¿la muerte??? ¿pq???...tb parece interesante!!!

Niko dijo...

Me gusta :D

Jajajaja, vaya toque negro que tienes jajaja

Tia psicopata deja al chico desangrándose en el cuarto de baño -> final romantico jajaja

Ahi va el mio:
La tia resulta ser una sucubo que cuando está a punto de matarle se apiada de él y decide hacerle un regalo, le muestra en sueños que la verdadera realidad de su relación con la mujer del colgante (en realidad es una bruja egoista que sólo quiere tenerle detrás de ella para jugar con él).
Él se despierta en una habitación de hotel sin saber cómo ha llegado alli y con la sensación de haberse quitado un peso de encima. Decide que es hora de cambiar de aires e irse a otra ciudad por una temporadita.
Conserva el colgante pq ya no le recuerda a la mujer anterior, sino a la súcubo, y cada vez que lo mira le arranca una sonrisa....

Espiguita dijo...

...¿un sucubo????

¿quien dice que el colgante tenga que ver con una relación amorosa anterior???...;

En realidad cuando lo escribí pensaba en dos cosas, el colgante era de alguien importante para él que ya no está (un familiar, abuela/madre/hermana), y no quiere estar solo justo esa noche porque el familiar en cuestión no está desde hace poco, o es un aniversario o algo asi..., bueno esa es la idea que yo tenía de él en la cabeza pero sus motivaciones no son importantes la que importa es la chica...