martes, diciembre 02, 2008

Barcos hundidos

Rubita...

Cuando a uno le rompen el corazón, al principio solo es consciente del dolor y de nada más. Es un dolor sordo y punzante, intenso, que nace en el pecho y se extiende por todas partes e impide respirar. Hay que concentrarse en hacer inspiraciones lentas y suaves para no ahogarse, porque roto y todo, el corazón sigue necesitando oxigeno, y al llegar el oxigeno..., bueno hasta eso duele.

Inconscientemente, mientras se recuperan los pedazos de corazón que han podido rescatarse del estropicio, mientras se juntan y se cosen..., mientras cicatrizan, uno construye un fuerte alrededor. El fuerte se insonoriza lo más posible contra el dolor..., y se sigue adelante, fingiendo que algo no está mal por dentro...; Durante este proceso se abren las compuertas de acceso al fuerte mil veces, mil millones de veces, esperando encontrar respuestas que nunca llegan..., o que todo se haya arreglado magicamente. Y es entonces cuando el dolor escapa de nuevo. A borbotones.

En esos momentos parece que el corazón nunca volverá a estar bien, como antes. Uno casi desea que no sane, como una especie de monumento funebre a todo lo increible sentido, y se está tan concentrado en las cosas puramente físicas del dolor, en la rabia, en la decepción, en los reproches contra uno mismo por haber sido tan imbecil (porqué cuando a uno le rompen el corazón, uno además siempre se siente imbecil) etc, que no se es consciente de ninguna otra cosa. ¿Como puede seguir el mundo girando con normalidad?. Parece un broma, algo de mal gusto.

Me aterra la posibilidad de que en el futuro, mi corazón se vuelva duro e insensible sin que yo lo sepa, y solo bombee sangre y poco más, porqué cuando un trozo de piel se rompe muchas veces siempre por la misma zona y cicatriza, con el tiempo desarrolla una especie de dureza o callo para ser más resistente y evitar futuras roturas...y eso es maloterrible por lo que te pierdes..., pero no es algo premeditado, es como funcionan naturaleza y biologia.

Despues, cuando las costras van cayendo y solo quedan las cicatrices, uno le quita las vendas al corazón para que se airee. Tampoco es algo consciente, simplemente pasa. Y es entonces..., cuando sin darse cuenta uno vuelve a empezar a usarlo poquito a poco, el momento en que se notan los efectos colaterales o las heridas de guerra, que dice Ra. Las inseguridades antiguas multiplicadas por mil. Inseguridades nuevas. Dudas sobre uno mismo. Y fobias. Fobias a cantaautores, por ejemplo. Y también pena por los barcos hundidos.


4 comentarios:

Nualak dijo...

Tienes que exorcizar esa canción. Sólo los recuerdos del concierto conmigo.

Espiguita dijo...

Jiji no creo que tenga que exorcizarla, es de recordar con cariño ^_^

No me provoca cosas malas, en serio ^_^

Tu de Fito eres mas el "..que te puedo decir...si yo ACABO DE LLEGAAAAAAR" :D :D

Besos pequeña

Mairi dijo...

Escribes muy lindo pequeña :)
A mi me gusta pensar, que en algunos de mis barcos se forman arrecifes
Toma comentario cursi ^_^, en fin yo me entiendo...

Niko dijo...

Barcos hundidos.. arrecifes... estais demasiado profundas...

uyyy, que juego de conceptos me ha salido jijiji

Pfff, Fito, creo que todavía tiene que pasar tiempo para que pueda escucharlo sin sentir escalofríos :S