Operación Lunar

Pues andaba yo ayer pelín histérica (bueno vale muy) porqué hoy me quitaban un lunar (un lunar adorable que me encantaba..., descansa en paz donde quiera que estés), y la última vez que me vi en semejante brete la sanguinaria de mi dermatóloga no calculó bien la anestesia, o no esperó a que hiciese efecto, o vete tu a saber qué..., el caso es que noté todos y cada uno de los cortes y puntos que me hizo durante la extirpación (dolor grande).

Así que esta mañana me he levantado triste y ojerosa ante la terrible experiencia que me aguardaba, y me he presentado en Puerta de Hierro temiéndome lo peor.
Lo que yo no sabía es cuanta razón iban a tener mis amigas cuando decían "Anda Chusi, por dios..., llamar operación a que te quiten un lunar minúsculo es exagerar un poco, ¿no crees?". Pues no, yo no lo creía. Hasta que he llegado a admisión de enfermos, han visto mi volante y han dicho: "La consulta de dermatología es en el otro edificio, aquí están los quirófanos". Y he pensado: "coño, es que a mi me van a operar, tendrá que ser en un quirófano, ¿no?". Pero la recepcionista del hospital me ha mirado con el ceño fruncido y ha repetido cual autómata sin alma: "La consulta de dermatología en el otro edificio".

Y he llegado a la consulta, y ponía: Recepción dermatología. Y me he empezado a poner nerviosa pensando que igual había entendido mal a la médico y hoy no me iban a quitar nada, y entonces me he dado la vuelta y he visto un letrero que ponía: QUIROFANILLO.

¡¡Quirofanillo!! (indignación)...pero así escrito!!, en plan despectivo...como sin llegar a la categoría de un quirófano serio de verdad.
Y ahí me lo han quitado.
Y esta vez la dermatologa era otra (un amor), y ha calculado bien la anestesia y no me ha hecho nada, pero nada de daño.

Y al volver al coche, iba yo ensimismada en mis pensamientos sobre la existencia o no de los escorpiones bicéfalos..., estaba llegando a la conclusión de que fijo que no existen, cuando claro: no he visto la viga.
Una viga enorme que cruzaba de lado a lado el techo del aparcamiento.
Y me la he tragado.
Entera.
El golpe ha sido tan espectacular que la cabeza se me ha ido para atrás, y el dolor ha anestesiado mi sesera durante un minuto o dos..., sip de una forma un tanto diferente a la anestesia tradicional que me había puesto la médica minutos antes..., pero os juro que se me ha quedado la frente con la misma sensación de hormigueo idiota que la piel de la zona donde antes estaba mi lunarcito.

Dolor...mucho dolor.

Ahora que se han pasado las dos anestesias me duelen los puntos (mucho) y me duele el chichón (menos que los puntos, pero duele)...gracias a dios que no es martes.