El faraón está triste

Espero que Ruben Dario no se revuelva mucho en la tumba por destrozar su poema...

Para Nu...jijiji

SONATINA
El faraón está triste... ¿Qué tendrá el faraón?
Los suspiros se escapan de su boca fresón,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
El faraón está pálido en su despacho reformado,
que tristemente de ratas ha quedado plagado,
y la Botella, olvidada, se desmaya de horror.

En Madrid puebla el triunfo de los túneles inaugurales.
Parlanchín, el alcalde dice cosas banales,
y vestida de bandera piruetea Esperanza.
El faraón ya no ríe, el faraón ya no siente;
el faraón persigue por el palacio de Oriente
la libélula vaga de una vaga añoranza.

¿Piensa, acaso, en Rajoy o en la malvada Esperanza,
o quizás en quien desde las ondas de radio puñaladas le lanza
para oír de sus labios la palabra dimisión?
¿O tal vez en la caprichosa baronesa del Prado,
que le chantajea sin reparo con llevarse su legado,
y que pretende de él una total sumisión?

¡Ay!, el pobre faraón de la boca piñón,
ya no es feliz siendo alcalde, se muere por cambiar de función,
trabajar en las cortes, para poder legislar;
él quiere ser presidente, quiere ser diputado,
administrar con soltura los presupuestos del Estado,
y disponer de toda España para poder tunelar.

Ya no quiere el palacio, Madrid se ha quedado chiquito,
no quiere hacer más la pelota, quiere ser el favorito
de las almas peperas que campean por Genova.
Está triste Dulcinea, y está triste la Tizona
se lamentan los chirimbolos, repartidos por la zona
y están tristes los ediles sin guateque ni Bossanova.

¡Pobrecito faraón de las cejas pobladas!
Está preso en su partido, de morales anticuadas,
en la jaula de mármol de la casa consistorial;
el palacio de cibeles que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh, quién fuera Don Manuel que está jubilado!
(El faraón está triste, el faraón está pálido)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde la COPE no existe,
—el faraón está palido, el faraón está triste—,
más brillante que el alba, más hermosa que abril!

—¡¡Calla, calla, faraón —dice el hada madrina—;
en gaviota, con alas, hacia acá se encaminan,
en el cinto la espada y en la mano jabón,
las buenas valoraciones de las encuestas,
y que llegan de lejos para librarte de esta,
a catapultarte a la cima pepera sin más dilación.!!