jueves, septiembre 10, 2009

Rabat

Llegamos de madrugada y al salir de la Gare de Train, las calles estaban completamente desiertas.
Ese es primer recuerdo que tengo de Rabat: Avenidas muy amplias, del gusto de los franceses que ocuparon la ciudad durante la época del protectorado..., y mucha calma.
No se que tiene Rabat que aún siendo la capital del reino alauita, con el ruido, el caos y el estrés que eso debería conllevar, resulta una ciudad vital y a la vez muy tranquila.

Me ha gustado pasear por sus amplias avenidas tanto como perderme por su medina, o (lo que más para desesperación del melillano) tomarme un batido de chocolate paseando por una de las terrazas de la ribera del Bu-Regreg, el río que separa Rabat de su hermana gemela, Salé.




Entiendo perfectamente que, según palabras del melillano: 'Rabat sea su ciudad', jopetas quiero seguir de vacaciones...

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