miércoles, septiembre 16, 2009

La Tour Hassan...y yo

El Mausoleo de Mohamed V y la Tour Hassan se han convertido en algunos de mis sitios preferidos de Rabat (con permiso del paseo maritimo y sus batidos de chocolate).

La primera vez que subimos a estos monumentos fuímos dando un agradable paseo, disfrutando del atardecer y sin ninguna prisa por llegar a nuestro destino (esa calma ha sido, sin duda, una de las mejoras cosas de este viaje). Pese a que ya había tenido la ocasión de comprobar que en Rabat siempre hay gente por todas partes, me chocó ver la avalancha de personas desparramadas por la explanada del mausoleo, aunque fue una agradable sorpresa descubrir que visitar el recinto a esa hora tardía, añadía un toque mágico al ambiente...; la luz y los colores del cielo, unidos a la llamada a la oración que hacía el almuecin desde la propia Tour Hassan...pfff, cuesta describir la sensación con palabras.



...y dicho esto, no me queda más remedio que haceros notar (por si no lo habías visto) la existencia de una cantidad inmensa de columnas rotas en las fotos de la Tour Hassan y el Mausoleo de Mohamed V.
Están así, rotas, porque en los años setenta un terrible terremoto destruyó la mezquita que conformaban.

Dado que son tantas, Unayomisma (mundialmente conocida por su extraordinaria capacidad de observación) no pudo evitar fijarse en ellas, y a la vez que reparaba en su existencia, Unayomisma reparó también en lo que parecía ser una tradición local, y que parecía consistir en subirse en lo más alto de la columna rota que uno tuviese más a mano..., y hacerse una foto allí arriba sentado.

En seguida UnaYomisma transmitió al melillano el interés por adaptarse a las fascinantes costumbres del país alauita:

(UnaYomisma): Melillanito!! Melillanito!!! ¡¡Por faaa!!! ¿Puedo subir? ¿puedo subir?? mira!!! Están subiendo todos los niños...si ellos pueden, ¿puedo yo también? eh? eh? eh?
(Melillano ojos en blanco):...

Como dicen que el que calla otorga, procedí a soltar mis bártulos encima del pobre y desprevenido melillano, busqué la columna rota más pequeña que mis ojos pudieron encontrar, y me lancé a ella como una posesa.

Lamentablemente, la columna más pequeña que mis ojos pudieron encontrar no eran lo suficientemente pequeña, y el melillano, caballeroso él cual principe azul de mi propio cuento de hadas, tuvo que formar un escalón con sus manos a ver si subiendome en él, era capaz de aupar mi culo hasta la maldita columna gigante.

Dado que como ya he comentado mi culo no es pequeño, y me dio la risa [Modo traducción on]soy torpe[Modo traducción off], en los tres primero intentos no pude desplazarme más de un palmo del suelo.

...un rato después (tras cuatro o cinco intentos) cogí el suficiente impulso como para subirme encima de la columna..., y cuando digo: "suficiente impulso para subirme" quiero decir: "el impulso justo como para auparme y quedarme tumbada sobre mi estomago encima de la misma, agitando brazos y piernas cual tortuga gigante que no puede darse la vuelta varada en la arena de una playa".

Esta vez el ataque de risa le dio al melillano (jop -_-)
...bueno a él y a los miles de transeuntes que pasaban por la zona en ese preciso momento (especialmente a los malignos niños que minutos antes habían trepado como monos por la dichosa columna, y a los que nadie les ha enseñado que está muy feo señalar y reirse de un adulto).

JOP!



PD. Prueba conseguida!!!

2 comentarios:

Spectrum Paradise dijo...

¿Una espuela sólo? También tuve que empujarte en el trasero :-P

Si te tapas la cara no la puedo ver.
Ay que me la como!

Espiguita dijo...

¡¡Ssshhhh!!! ¡¡Shhhh!! (sonrojada)...hombreeeee...digo yo que no hacía falta entrar en tanto detalle....