domingo, noviembre 21, 2010

Mama mía

Cuando empiezas a escribir comentarios más largos que el post que acabas de leer en un blog ajeno..., es que estás echando de menos retomar tu propia bitácora...

Allá por el mes de marzo le diagnosticaron un cáncer terminal a mi abuela (a la abuela buena, no a la abuelastra). Le había salido un bulto en el pecho y en cuestión de un par de meses se nos murió.

Hace ya un cerro de años que a unayomisma le detectaron un pequeño bultito de grasa en el pecho. Según la ginecóloga nada grave, por lo visto este tipo de bultos son comunes en las mujeres de mi edad (jovenzuelas que estamos en la cima del pleno libertinaje hormonal) y lo único que tienes que hacer es ir al hospital para hacerte revisiones periódicas del bultito (ecografías y mamografías) y que un médico compruebe que todo sigue igual.

La periodicidad de estas revisiones empieza siendo de seis meses, y el procedimiento normal para hacerse este tipo de pruebas (y hablo desde la experiencia de haberme hecho muchas, un montón) es que el ginecólogo te las manda, te las hace un técnico (que no puede decirte nada sobre lo que ha encontrado al hacerlas, pq él o ella solo te las hace, es decir, no tiene competencia para darte un diagnóstico), luego vuelves al ginecólogo y te dice lo que sea de los resultados.

Como hablamos de la Seguridad Social el proceso completo (y por completo me refiero a desde el día en que por fin te hacían las pruebas hasta que el día en que el médico te traducía los resultados) duraba alrededor de un mes, si a eso le sumas las demoras que tiene el sistema sanitario público madrileño a la hora de dar las citaciones, unayomisma (entre hacerse pruebas y conocer resultados), se pasaba seis meses metida en el hospital.

Las primeras veces que fui a hacerme las ecografias de mama siempre estaba muy nerviosa y muerta de miedo por lo que pudieran decirme...; Luego es como todo, te acostumbras: vas, te las haces, y sigues con tu vida hasta que te dan los resultados.., pero el pánico a que en cualquiera de esas te detecten un cáncer (por muy avanzados que estén los tratamientos médicos etc) sigue ahí agazapado, esperando atacarte al primer descuido.


Después de la última exploración todo seguía tan igual respecto a las primeras (años atrás), que la ginecóloga me dijo que íbamos a dejar de hacerlas cada seis meses para pasar a hacerlas anualmente.
Unayomisma no cabía en si de gozo.


Aunque el cáncer de mi abuela no tenía nada que ver con el cáncer de mama (el bulto le salió en el pecho como le podía haber salido en cualquier otro sitio), unayomisma consideró oportuno retomar las revisiones anuales que, por motivos varios (laborales, desidia, negación de la realidad, etc), había abandonado en los últimos años [Modo traducción on] unayomisma se acojonó mucho no, un montón.[Modo traducción off]

Así que me fuí a ver al Doctor Hibbert, le pedí cita para el ginecólogo, y un montón de meses después ([Modo traducción on] Seguridad Social [Modo traducción off]) fui al hospital para que me hicieran la ecografía mamaría y la mamografía de rigor.

Esta vez, la técnica tardó más de lo que yo recordaba en hacerme la exploración, y además se fue en mitad de la misma para comparar los resultados del momento con mis ecografias anuales antiguas. Y no se porqué, cuando volvió me pareció más seria de lo que estaba antes de irse, así que cuando me dijo que ya me lo explicaría mi médico y que no me preocupase pero que iba a tener que volver a hacerme revisiones cada seis meses porque el bulto había crecido un poco..., me preocupé un montón. La verdad es que en ese momento se me cayó el alma a los pies.

En mitad del remolino de pánico que estaba sintiendo fui, como siempre, a pedir una cita con la ginecóloga para que me explicase eso de que mi bultito había crecido, pero la chica que estaba en el mostrador de citaciones me dijo que ahora los resultados (por nuevos procedimientos en el hospital) se mandaban a casa junto con una (fría) carta, en la que se le indicaba al paciente que hacer a continuación, y que por lo tanto no me podía concertar una cita para hablar con mi ginecóloga. Así que al miedo de no saber qué tenía, también se le unió la incertidumbre de no saber como y cuando iba a enterarme de lo que tenía. La muchacha me tranquilizó diciendo que los resultados solo tardarían en llegarme a casa alrededor de en una semana, lo que parecía una mejora respecto al mes largo del procedimiento anterior.

Un mes después (durante el que unayomisma se acercó a comprobar el buzón todos los días con el estomago encogido de miedo e incertidumbre y en el que el melillano sufrió todo ese miedo con paciencia y mucho humor: te amo) seguían sin llegarme los resultados. Al final me cansé de esperar y un buen día llamé al número de Atención al Paciente, que encontré en la página web del hospital, para tratar de averiguar que había pasado con los malditos resultados. Como (ironías de la vida) nadie atendió mi llamada en el susodicho teléfono probé a enviarles un mail, y mira ahí si, en cuestión de horas me contestaron para notificarme que trasladarían mi petición de información al servicio de radiodiagnóstico.

Otro mes más tarde unayomisma seguía sin saber nada, así que una mosqueada, asustada, cansada y harta yomisma reparó en que el número de teléfono que venía en el correo electronico de respuesta del servicio de Atención al Paciente era un poco distinto del que aparecía en la web (de hecho era muy poco distinto, ambos números tan solo diferían en un dígito pero oyes, un mundo de diferencia) y cruzando los dedos probo a llamar de nuevo al número que venía en el correo.

Para mi sorpresa una persona (encantadora) atendió mi llamada al segundo tono. Le conté mi problema y la persona encantadora comprobó mis datos y me dijo que no tenían ninguna petición mía almacenada ¿? ¿?. Al final la persona encantadora me abrió una nueva petición y en menos de dos días me confirmó que podía pasar a recoger mis resultados cuando quisiera.

Algún otro procedimiento interno debió abrir la mujer encantadora porque a los pocos días también recibí una llamada del hospital en la que me pidieron disculpas por el follón que había habido con mis datos y me aclararon que, en cualquier caso, los resultados no se enviaban nunca a los pacientes, que siempre se mandaban a los médicos que habían pedido las pruebas. [Modo suspiro on][Modo suspiro off]

Sin embargo a pesar de estas afirmaciones, el mismo día siguiente recibí la famosa carta que me había prometido la chica del mostrador de citaciones con mis resultados, una nota aclaratoria de qué hacer con ellos y documentación para solicitar las nuevas citas para hacerme las siguientes pruebas de diagnóstico. En la nota aclaratoria también ponía que tenía que pedir cita con mi ginecologa para que me explicase los resultados, y que lo que tengo es un "nódulo sólido con características de benignidad" (si os soy sincera en la primera lectura del papelito solo procesé la palabra "benignidad", pero después del miedo de estos meses..., más que suficiente).

Y ahora viene lo mejor de todo, a día de hoy ¡por fin! tengo día para que la ginecóloga me explique los famosos resultados. Me la han dado, como no podía ser de otra forma, para dentro de varios meses..., en concreto para una semana y media después del día en que me harán las siguientes pruebas de diagnóstico.

..., y después de este infierno unayomisma tiene que soportar ver a la pedorra de Esperanza Aguirre salir en la televisión/el canal del metro/el periódico, diciendo que la Sanidad Pública Madrileña funciona ahora mejor que nunca (gracias a ella claro y a su maravillosa labor de gestión), y unayomisma tiene que apretar los dientes, y aguantarse las ganas de sacudirla hasta hacer que se le desmonte ese peinado fijado con kilos de laca que lleva, y se le arregle todo lo que tiene mal en ese cerebro de mosquito ruín y odioso que dios (o Alá, o Buda o Billy Wilder) le ha dado.

3 comentarios:

Ainhoa dijo...

Tú sí que sabes mantener el suspense...He estado leyendo la entrada con el corazón en un puño hasta que he llegado a la "benignidad". Me alegro de que estés bien y de que hayas sobrevivido a semejante odisea. A mí me pasó algo parecido con mi revisión ginecológica anual, que me la hicieron por capítulos a lo largo de ocho meses. Vamos, que si algún día me ocurre algo, para cuando acaben de hacerme las pruebas me habré muerto; pero sí, la sanidad pública madrileña funciona de maravilla, como dice la amiga Espe.
Un besazo, guapa.

Elennim dijo...

En serio, qué acojone. No sabes lo que me alegro de que todo tenga buena pinta (y de que vuelvas por aquí! Estuve a punto de dejarte un mensaje en Facebook hace un par de días).
Un beso muy grande :)

Espiguita dijo...

Jiji Ainhoa en este caso el merito de la habilidad para lo del suspense es tooooooooooda de Esperanza Aguirre (y su gestión de la sanidad pública madrileña ^_^)..¡¡8 meses!! es una vergüenza -_-

Elennim...¿que tal guapa?? muchas gracias!! yo tb me alegro jiji lo echaba de menos.

Un beso gordo a las dos :)